La Carta Ética del Packaging es un documento que nos importa mucho. Ya hablamos de ello en un artículo de nuestro blog hace algún tiempo: es un instrumento de progreso y civilización que regula las funciones del packaging, respetando un desarrollo sostenible y ético. En Packstyle, desde siempre en línea con un enfoque consciente, nos hemos reconocido inmediatamente en las intenciones reflejadas en los 10 principios de la Carta Ética del Packaging proponiéndonos como embajadores.
Como tales, nuestro papel es actualmente el de difundir la visión innovadora de la fundación sensibilizando a los actores de la cadena productiva y a los consumidores sobre la importancia de una elección y un uso consciente del packaging.
RESPONSABLE
El packaging es responsable cuando se convierte en responsabilidad de todos hacia todos: en el diseño, en la producción y en el uso. Responsables son los envases portadores de calidad, que combinan la protección del medioambiente y el respeto de las necesidades de todos los usuarios.
El contexto en el que vivimos nos plantea continuamente nuevos retos que ponen en juego la supervivencia de la especie humana y del ecosistema.
El filósofo alemán Hans Jonas, en su obra «El principio de responsabilidad» se dirige al ser humano exhortándolo así: «Actúa de modo que las consecuencias de tus acciones sean compatibles con la permanencia de una auténtica vida humana sobre la tierra».
El packaging es una capa que protege el producto, forma parte de la vida cotidiana de cualquier individuo, informa sobre el peso, los ingredientes, la procedencia, la composición del producto, sus modalidades de uso y mucho más. En su sencillez, encierra un gran potencial y una gran responsabilidad.
La creación por los productores y el uso por los consumidores finales tienen un fuerte impacto en el medioambiente y la sociedad. Por lo tanto, la responsabilidad con respecto al uso del packaging debe considerarse colectiva y compartida.
Por parte de los productores
Que el packaging sea responsable es una elección que recae sobre todo en los productores.
El primer aspecto a tener en cuenta es que para crear un packaging, el fabricante debe tener toda la información para proponer el envase más adecuado para el producto y, en nuestro caso, un packaging que sea responsable.
Un diseño correcto debe tener en cuenta las diversas funciones del packaging:
Proteger
La protección es una responsabilidad compartida que involucra a personas, comunidades e instituciones. Las acciones dirigidas a proteger son fundamentales para promover la seguridad, el bienestar y la responsabilidad en diferentes aspectos de la vida.
El objetivo principal del packaging es proteger el producto de los agentes externos, de la humedad, de la luz y de los gases. Es propia del packaging, por lo tanto, la responsabilidad de mantener seguro su contenido, salvaguardando la salud y la satisfacción del cliente y alargando lo más posible la frescura del producto que contiene.
El productor juega un papel determinante ya que depende de él la elección del packaging que deberá responder a las responsabilidades mencionadas: deberá elegir el envase que respete mejor su producto y al mismo tiempo a los consumidores.
La protección también se ofrece no solo al producto y al consumidor, sino que se extiende al medioambiente. El embalaje ético es aquel que reduce su impacto medioambiental protegiendo el entorno en el que vive.
Transportar
En el mundo globalizado, en el que la circulación de mercancías es fundamental, pero desgraciadamente contaminante, es posible reducir el impacto medioambiental del packaging, en este caso haciendo también una elección.
Cada vez más, los consumidores se declaran atentos a las elecciones conscientes que recaen no solo en la elección de los productos en sí, sino también en el packaging. Evitar los productos con un packaging excesivo, optar por productos envasados de forma ligera, elegir envases fácilmente reciclables o fabricados con materiales reciclados son las alternativas a las que se enfrentan los consumidores a la hora de elegir un producto u otro.
El packaging flexible es resistente, pero al mismo tiempo ligero. Se adapta a la forma del contenido y ocupa mucho menos espacio que los envases rígidos. El hecho de ocupar menos espacio permite transportar más mercancías reduciendo la frecuencia de los transportes y, en consecuencia, las emisiones de CO2.
Informar
La información responsable es esencial para permitir a las personas tomar decisiones, promover la transparencia, proteger la salud y la seguridad y fomentar la responsabilidad social. Proporcionar información precisa, accesible y transparente es un acto de responsabilidad que contribuye a una sociedad informada y consciente.
El packaging se convierte en responsable, incluso de difundir correctamente la información a los compradores. De hecho, el poder comunicativo del packaging se convierte en una responsabilidad para los productores y en una importante ocasión de contacto honesto y coherente con los consumidores.
Estar bien informado no permite tener una visión más completa, precisa y responsable sobre un tema. En cuanto a los envases de plástico, por ejemplo, a menudo son objeto de críticas, pero en el caso de los envases flexibles, los estudios demuestran que, teniendo en cuenta todo el ciclo de vida (ACV), su impacto medioambiental ha sido menor que en otros tipos de envases y puede ser hasta un 60 % menor que en los envases más rígidos.
La elección del socio productivo adecuado es sinónimo de responsabilidad. En el mercado encontramos una amplia gama de productores de packaging: depende de nosotros elegir quién se parece más a nosotros y propone un camino consciente y responsable.
Por parte de los consumidores
Los consumidores también pueden hacer su parte de manera responsable. Estos son algunos ejemplos de comportamientos responsables: